martes, 8 de septiembre de 2009

Sin distancias

Como tantas otras veces, arranqué el coche y comencé a hacer kilómetros. Pero esta vez algo lo hacía diferente. Cuanto más me alejaba, menos sentía la necesidad de volver, menos raíces dejaba. Cuanto más me alejaba, mejor me sentía y más ganas tenía de gritar, de gritar que era libre, que me sentía feliz.

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