jueves, 1 de octubre de 2009

A Tientas

Camino sin rumbo... quiero dejarme llevar pero ya nada me empuja.
Miro atrás y solo veo tinieblas, esas que tanto me han hecho sufrir, casi por completo difuminadas, pasando a ser olvido... Y miro hacia adelante... y por más que abro los ojos, no veo más que sombras.
Donde el corazón te lleve... me dijiste. Pero por más que busco en su interior, nada me dice. Por el contrario me grita: Márchate. Fuera!! Vete lejos. Desaparece.
Eso quiero, marchar.

Dicen que el tiempo hace el olvido, pero un corazón herido, cuesta volverlo a arrancar, es un motor sin fuerza. Quiero mirar fuera y encontrar respuestas, pero de nada me sirve, hoy he aprendido algo nuevo, no busques más. La respuesta está en mi interior, déjala salir. Sólo cuando dejes de pensar en ella fluirá sola. Así que cierro los ojos, y por más que los apriete, no consigo olvidar. Si no olvido, no aprenderé lo que hay de nuevo. Pero debe hacerme más fuerte, más sabia. Más firme.

Así voy, por un pasillo sin puertas, a tientas, ¿De qué me sirve creer en algo si no existe? Levantaré la cabeza y derribaré los muros, esos que me han impedido caminar. Miraré alto, y nadie podrá impedirme ver la luz de nuevo. Tengo las fuerzas. Tengo las ganas. Y a mi vera, lo más grande, ser de mí ser, de mis entrañas, de mi vientre. Ella me da esa fuerza, y voy a luchar, por ella y por mí. Y nada ni nadie nos impedirán crecer. Así que, todo por un nuevo amanecer. Porque ver brillar el sol un días más, merece la pena. Y ahogar ese llanto, que dejará paso a una nueva sonrisa. Su sonrisa, el mejor regalo del mundo.