domingo, 14 de abril de 2019

Cicatrizar

   Es mirar a lo alto de la montaña y no tener miedo de subir a la cima .
   Dejar que un pequeño rayo de sol que entra por la ventana te de fuerzas para emprender un nuevo día lleno de detalles que te hagan sentir vivo.

   Desprenderse de las cadenas y dejar que el corazón vuele tan alto como para volver a tocar las estrellas .

   No tener miedo de caer y entregarse por completo a quien te abre su corazón .   
   Dándolo todo como si una nueva vida se abriese paso ante tus ojos.
   Sentir que vuelves a ser un niño con la energía de quién nunca ha sufrido tormentas.
  
   Emprender un viaje ligero de equipaje sin importar el cómo... el cuándo o el  dónde, simplemente dejarte llevar.
   Mirar a los ojos de quién te acompaña y sentir que no necesitas nada más porque ya lo tienes todo.

   Descubrir... sentir... vibrar... corresponder y enamorarte como si no existiese un mañana.
   Fluir... mimetizarse... soñar y disfrutar. 

   Cuando sientas todo esto, sin querer te darás cuenta de haber cicatrizado, de haber olvidado todas las heridas y una nueva puerta se abrirá ante tus ojos. Un mundo entero lleno de magia que te hará ser lo que siempre has sido. Una nueva historia que llenará las páginas en blanco en ese camino que un día comenzaste a escribir pero que dejamos de lado por miedo de volver a ser heridos... porque esa palabra dejará de tener sentido en nuestro diccionario.

   Porque sí, porque sólo por eso ya merece la pena.

miércoles, 3 de abril de 2019

Musa


   Hay una leyenda que cuenta, que hace muchos muchos años, había un escritor que encerrado en su habitación pasaba las horas muertas mirando su block en blanco intentando escribir su obra maestra, pero no encontraba las palabras.
 
   Un día, cansado de no escribir, decidió asomarse a la ventana. En la calle se dio cuenta de una chica que esperaba el autobús con cara triste, y no pudiendo apartar su vista de ella, vio cómo subía al autobús.
   A la mañana siguiente, a la misma hora el escritor volvió a asomarse a la ventana, con la esperanza de volverla a ver, y minutos más tarde apareció, bajo la misma marquesina... Así pasaron los días, y el escritor comenzó a escribir. Era tal la fuerza que le atraía, que sin darse cuenta, empezó a llenar párrafos y párrafos creando una historia completa sobre sus páginas en blanco... Hasta que un día, al asomarse a la ventana, la chica ya no estaba, tampoco la vio al día siguiente... Ni al siguiente... y su sueño se esfumó. Ahora fue el escritor quien cambió su sonrisa por una infinita tristeza.

   Aún así el escritor publicó su novela, y se convirtió en obra maestra... Y esto no hizo que regresara su sonrisa. Pero un día, en una librería extraviada, mientras asistía a una firma de libros de su novela, dedicando el libro a todo aquel que se lo pedía sin levantar la vista de su mesa, se acercó una chica que tímidamente le pidió que le firmara el libro, y el escritor al escuchar su dulce voz, levantó la mirada y quedó sorprendido al ver que se trataba de la chica que durante tanto tiempo había contemplado desde su ventana... Fue tal su sorpresa que al firmar el libro sólo pudo poner... A ti mi Musa.

   Ese día la chica se quedó prendada del escritor y comenzaron una bonita historia de amor. Fue 5 años más tarde, cuando el escritor se armó de valor y le contó que esa historia que le había dado su obra maestra, se la había inspirado ella después de haberla observado durante meses... desde su ventana.

   Ese fue el título del libro... "Desde mi ventana..."

   Una musa es quien te inspira, quien te da alas, quien te permite dejar volar la imaginación... Es como la pila que le da fuerza al motor que te hace avanzar... Pero no es el vehículo, ni es el camino... Ni es el final del viaje. Sólo es el motor que te empuja... Que te inspira. Tampoco tiene que ser real... Sólo tiene que estar ahí.